Live Moving Blogging

Más de tres años metido en esto de los blogs y nunca había hecho un Live Blogging de esos que están tan de moda, así que ahora que estamos en petit comité intentaré hacer penitencia añadiendo la dificultad de hacerlo a caballo entre dos países y asumiendo por lo tanto que las limitaciones serán grandes. No voy a emular a la Milá con un 'esto es un experimento sociológico', dejémoslo en que 'esto es un experiemento'.

5.00.- Peaso madrugón. Normal, el avión sale con destino a Barcelona a las siete de la mañana y lo suyo es empezar con buen pie, no vaya a ser que el relato empieze con un 'He perdido el avión'. Ducha y último vistazo a la habitación para comprobar que no falta nada. Vistazo absurdo que no sirve de nada porque de olvidarte algo siempre te acuerdas en el coche de camino al aeropuerto, en el aeropuerto, en el avión o tras bajar del avión al abrir las maletas. Recomiendo echar el vistazo la noche antes. Cosas que tienen tendencia a ser olvidadas: pijama, zapatillas de andar por casa y cepillo de dientes. Están bajo control. Ahora toca despedirse de los familiares bípedos y cuadrúpedos y otra vez a Son Sant Joan. La verdad es que se hace raro, esta vez es raro. Ni es octubre ni llevo tres meses en Palma. Estamos en marzo y llevo nueve meses en casa así que en cierto modo cuesta un poco más. Además, según mi iPod anoche nevaba en Bruselas y padecían O grados...

16.51.- Por si había alguna duda, fracaso total del Live Moving Blogging y no ha sido por falta de ganas sino por que hoy en día te cobran hasta por respirar, y aunque tenía muchas ganas de contar el viaje paso a paso, no tenía tantas de gastarme 5 euros en media hora de internet en el aeropuerto de Barcelona... menos aún después de haber alimentado las bocas catalanas que hoy he alimentado. Y es que el hecho de pasarme en 14 kilos del límite de peso en las maletas, en Palma de Mallorca es sancionado con 50 euros y en Barcelona con 140. Pero indignaciones al margen el vuelo ha sido un coñado eterno del que solo he disfrutado al sobrevolar los Pirineos. Una vez en el aeropuerto de Bruselas ya te das cuenta de que no estás en España ni en Italia porque la señora de la megafonía da por hecho que sabes inglés, todo el mundo da por hecho que sabes inglés... menos el taxista que me ha traido a la resi por 40 euros que solo sabía francés. La residencia está muy apartada de la ciudad, en plena zona universitaria que de hecho me recuerda mucho a la Ciudad Universitaria de Madrid. La resi es enorme, 250 personas y conmigo somos siete españoles. Pero bueno, son las cinco de la tarde y no sé a qué hora sehace de noche aquí, así que voy a aprovechar a dar una vuelta por la ciudad y ya os colgaré las fotillos el jueves. De momento os dejo con las vistas desde mi habitación.

Besos para todos y a ver si es verdad y Sara también te animas a hacer tu diario de vivencias, que solo con las de Madrid tendrías pa un par de blogs y si Isa te dice que te lleva a su local en verano no vayas, que te dejará ahí de por vida en codiciones infrahumanas... XD