miércoles, 22 de julio de 2009

Through the looking glass

Último día en la oficina. El calor agobiante te recuerdan que aunque es el primer julio fuera de Mallorca, el verano llega y avanza sin esperarte. Como nuestro amigo Fran, perdido por Canadá y Alaska, convirtiendo julio en invierno. Las nubes que se cruzan rápidamente con el sol, como un interruptor de la luz que alguien encendiese y apagase, te recuerda que esto es Bruselas. Ayer los belgas celebraban el día de su patria pero yo trasladaré las celebraciones al próximo fin de semana, que es cuando se tienen que celebrar las cosas. Mañana aterrizan en el corazón de Europa dos barberianas con ganas de quemar la ciudad y yo aún no he ni pasado la aspiradora por la moqueta de la habitación... Me tocará madrugar un poco más porque lo de coger las pelusas con las manos está bien salvo cuando estas se acumulan en sitios inaccesibles tanto para la mano como para el ojo humano... y claro, cuando el viento las saca de sus escondites ya no es que parezcan ratas, es que incluso parecen marmotas. A partir de mañana colgaré las fotos de las nuevas visitantes y la habitación impoluta.
Antes de que acabe el día, por otra parte, mi móvil debería sonar...

1 comentario:

Paquito dijo...

Nada nada: ¡A reconquistar Flandes! :-))

Espero que disfrutes de esos días de descanso: te los mereces :-))

Un abrazote enorme,

Paquito.