La primavera ha explotado de repente en Bruselas. Si hace una semana daba pereza solamente pensar en salir a la calle, hoy da pereza quedarse en casa. Con las suaves temperaturas que estamos viviendo las calles se llenan de gente comiendo helados y con ropas veraniegas. Esta mañana he aprovechado el buen tiempo y el fin del catarro para hacer unas gestiones que había pospuesto. Así, he pagado la habitación y por fin me he sacado el abono mensual. 44 euros por ser mayor de 25 años, toma impuesto a la longevidad. Aún así me sale muchísimo más rentable que el goteo de dos euros por trayecto en metro o bus. Como he terminado pronto gracias a la impecable organización de las ventanillas bruselianas donde las colas sencillamente no existen, he decidido visitar a quien, desde mi punto de vista absolutamente personal, supone un monumento a la estupidez.
Ya os he hablado en alguna ocasión del Manneken Pis, escultura del s.XVII que ha padecido mil y una calamidades a lo largo de sus casi 400 años y que supone uno de los símbolos más queridos de Bruselas. Pues bien, en 1985 las feministas exigieron una versión femenina del Manneken, porque lo de la conciliación y la igualdad de salarios se ve que ya eran asuntos superados y lo verdaderamente importante era poner fin al machismo adorador de angelotes descarados levantando un monumento a una pequeña feminista meona. Hombres del mundo, uníos y exigid una versión en machote de la Maja.
En fín, la niña en cuestión es conocida como Jeanneke Pis y está justo al lado de la cervecería tan famosa de la que os hablaba el otro día y cuyo nombre por fin he recordado: Delirium. Para llegar a la Jeanneke hay que atravesar las Galerias Reales San Humberto que podeis ver más arriba y que serían el equivalente belga a la Galleria Vittorio Emanuele de Milán o el Pasaje de Lodares de Albacete. A mitad de la Galería se abre una calle a un lado que para mí es uno de los rincones más bonitos de Bruselas. Se trata de una callejuela retorcida y estrecha llena de restaurantes a ambos lados. La gente se pega atracones de marisco en las terrazas o dentro de los restaurantes los más tímidos. Hay de todo, restaurantes baratos y otros de pitiminí, pero lo que hace a esta calle única es el olor a pueblo pesquero que de vez en cuando te pega cuando pasas por delante de una marisquería. Aquí os dejo unas fotos.
Y es precisamente al fondo de un pequeño callejón que se desvía de esta pintoresca calle donde encontramos entre rejas a la Jeanneke Pis, aquí la teneis.
3 comentarios:
Jajajajajaja!! Pero por Dios!! Qué idea lo del manneken versión femenina! Están locas o qué??? Tú te crees que es normal?? Jajajaja! Qué poca feminidad!
La callejuela me ha gustado mucho y si hacen marisco, mucho más!
P.D. Realmente no sé si reir o llorar...estoy ESCANDALIZADA!
Precisamente el otro día, no me acuerdo de con quién ni dónde, pero estuvimos hablando de que creiamos que había una versión femenina del "niñó meón". A ver si me acuerdo de con quién era y le enseño esta foto tuya...
La callejita esa tiene pinta de ser de entrar ahí a comer y no salir... mmmm.. que rico...
Date un atracón por mí.. de momento que a ver si más adelante puedo ir yo. Hasta cuándo te quedabas ahí?
Hola Sarita¡¡ Pues sí, pq mira que es fea la muñeca... que parece que esté liberando a Willy y encima se le sale un trozo del tubito jajajajajajajaja.
Hola Myriam¡¡¡ Pues fijateqe casualidad que aquí tienes la prueba de que existe la meona XD. Pue a ver si pegas un salto¡¡¡ Yo en principio estoy aquí hasta finales de agosto pero espero haber encontrado otro trabajo para entonces y quedarme algún tiempo más... besos¡¡
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