Distant Past

Después de casi dos meses en Bélgica, caigo en la cuenta de que a parte de mis vivencias no os he contado casi nada de este país, y eso debe ser remediado, máxime cuando desde hace meses la inestabilidad política de Bélgica salta de vez en cuando a los titulares de los medios en España. Un poco tarde pero he de presentaros, Bélgica gente, gente Bélgica...

Presente y pasado

België, Belgique, Bélgica... el país de los belgas es, como sabeis, un país pequeñito con alrededor de diez millones y medio de habitantes. Bélgica es socio fundador de la Unión Europea y del Euro, y en su capital no solo se ubican las principales instituciones internacionales como la propia UE, sino que esos edificios son propiedad de Bélgica.

Aquí habitaban antiguamente unas tribus de celtas diferenciadas por los romanos de los galos del sur, los belgae. ¿Tienen algo que ver etimológicamente con Bello Galico, es decir, con Guerra de las Galias? Posiblemente. El caso es que desde 1556 hasta 1714 Bélgica fue territorio español. Entonces llegaron los franceses... y después los alemanes dos veces, en la Primera y en la Segunda Guerra Mundial.

Religión y Monarquía

Bélgica es un país tradicionalmente católico mientras que en la vecina Holanda alrededor del 30% de la población se declara protestante.

Desde 1831, con Leopoldo I, los belgas disfrutan de una Monarquía Constitucional y una democracia parlamentaria. Alberto II es desde 1993 el Rey de los belgas, fecha en la que heredó la corona de su hermano el Rey Balduino I. Casado con una princesa italiana tiene tres hijos. El heredero es Felipe (anda¡¡ como el nuestro¡¡), y de él, también como en España, herederá la que hoy es una niña de ocho años, Isabel. ¿Se avecina la Era de las Reinas?

Regiones y Lenguas

La política en Bélgica está marcada por las tensiones entre las distintas comunidades, y es que el país está divido en tres regiones y dos comunidades lingüísticas. Esta posiblemente sea una de las más conocidas señas de identidad de Bélgica.

Al norte la rica Flandes. La población habla neerlandés, lengua germánica oficial en Holanda y hablada por algunas comunidades en Surinam, Antillas Holandesas, en Canadá, en Nueva Zelanda y en algunas regiones de Indonesia. En total suman la nada despreciable cifra de 38 millones de hablantes... siendo además la lengua materna del 60% de la población belga.

Al sur nos encontramos con la empobrecida Valonia, tierra francófona. El 40% de los belgas tienen como primera lengua el francés. En esta región un 1% de los habitantes hablan alemán.

La tercera región en discordia es Bruselas. Sí, la ciudad es una región por sí misma, salvando las distancias, sería comparable a Ceuta o Melilla. En Bruselas la lengua más hablada es el francés pero oficialmente la región es bilingüe. De hecho, la ciudad es una isla rodeada por Flandes.

Crisis

Bélgica avanzó, tras la Segunda Guerra Mundial, de un Estado unitario a uno federal. Actualmente los parlamentos regionales tienen más peso que el Parlamento Federal... pero no nos engañemos, el grado de independencia se mide por el presupuesto, es decir, el dinerito, y el Gobierno Federal de Bélgica gestiona alrededor del 80%... en España estamos por debajo del 50%, lo que más incluso que a un sistema federal equivaldría a uno confederal, pero este ya es otro tema.

Los principales partidos políticos son los liberales, los democristianos y los socialdemócratas, aunque en Flandes tienen cierta importancia los partidos de ultraderecha nacionalista y marxista independentista. Desde 1999 venía gobernando una coalición de izquierdas Socialdemócrata-Liberal-Verde que se hizo con el poder tras la Crisis de las Dioxinas que tuvo como consecuencia el derrumbe del anterior Gobierno y el espectacular avance de Los Verdes. Bajo el liderazgo del Primer Ministro Verhofstadt, la legislación sobre el consumo de drogas blandas, el matrimonio homosexual, la eutanasia y el abandono de la energía nuclear se convirtieron en parte del legado de la coalición. Sin embargo desde hace muchos años Bélgica vive una crisis política que amenaza incluso con desmembrar el país.

En Flandes los ciudadanos solo pueden votar a partidos flamencos y en Valonia a partidos valones, pero en Bruselas los francófonos pueden votar a sus partidos. El problema empezó cuando en 2005 los flamencos querían modificar la circunscripción electoral de Bruselas, desgajando un trozo y anexionándolo a Flandes, pero ahí vivían unos 70.000 francófonos que perderían su derecho al voto. El trozo en cuestión es Hal-Vilvorde y su separación de Bruselas es una reivindicación histórica en Flandes. Tras siete rondas de negociaciones fallidas el Primer Ministro de izquierdas pidió que se congelase el asunto hasta 2007, fecha en la que se celebraban elecciones generales, y se sometió a una moción de confianza que ganó.

Dos años después el cristianodemócrata flamenco Leterme gana las elecciones pero los nacionalistas flamencos entonces pedían importantes traspasos de competencias, algo a lo que se negaban los valones. Leterme pretendía formar gobierno con los cristianodemócratas valones y los liberales de ambas comunidades y ofrecía un acuerdo basado en la transferencia a Flandes de competencias en materia fiscal, económica, judicial, cultural, de inmigración y del código de circulación. De hecho, una de las principales reclamaciones flamencas es la separación de las políticas sociales entre ambas regiones, y es que a los flamencos no les hace ninguna gracia tener que dar cada año a Valonia 10.000 millones de euros para gastos principalmente de Seguridad Social. ¿Solidaridad? Los flamencos no quieren ni oir hablar de esa palabra. Los conservadores valones se negaron en redondo a la propuesta de Leterme. ''Los francófonos siempre nos hemos opuesto a las grandes transferencias de competencias''. Esa propuesta significaría ''el fin de Bélgica''. Leterme tiró la toalla y renunció a formar Gobierno... así el socialdemócrata Verhofstadt siguió como Primer Ministro de forma provisional hasta que se llegase a un acuerdo... fueron nueve angustiosos meses sin Gobierno en los que las únicas soluciones factibles eran la celebración de nuevos comicios o la partición del país. En aquellos meses numerosos ciudadanos de Bruselas, situados en medio de una guerra entre el norte flamenco y el sur valón, colgaron de sus balcones banderas belgas recordando que todos eran del mismo país. Hoy todavía siguen algunas colgadas.

Finalmente llega el acuerdo y Leterme jura su cargo de Primer Ministro en marzo de 2008 liderando un gobierno pentapartido integrado por los liberales flamencos y valones, los conservadores flamencos y valones y los socialistas valones. A finales de año el Gobierno se derrumbó por una causa judicial y tras presentar Leterme cuatro veces la dimisión, cuatro veces fue rechazada por el Rey Alberto II que quería evitar el vacío de poder hasta que encontrase un sustituto. Ese fue Herman Van Rompuy, del mismo Partido Cristiano Demócrata Flamenco y actual Primer Ministro desde diciembre de 2008.

Sin embargo el conflicto sigue latente. En Flandes cada vez más voces contemplan la independencia como solución al bloqueo político, algo lógico por otra parte: si deja de existir Bélgica, Bélgica dejará de estar bloqueda, y ponen como ejemplo la separación pacífica de Checoslovaquia en 1993 que dio lugar al nacimiento de la República Checa y la República Eslovaca. Dos cosas unen a los belgas, la Corona y Bruselas. Sin esta ciudad francófona en territorio flamenco, Flandes y Valonia serían desde hace tiempo dos Estados independientes pero Bruselas también sufre... El desprecio de los Valones al convertir en su capital a la ciudad de Namur aleja a Bruselas de sus hermanos francófonos... y estando rodeada por Flandes padece la contínua amenaza de asfixia económica si no responde a las exigencias flamencas. Así, no es de extrañar que la idea de una Bruselas independiente al estilo de un Distrito Federal Europeo sobrevuele discretamente esta ciudad que a pesar de recibir gente de todo el mundo, no se siente de ningún lado.