Exodus

Los aficionados a la lectura solemos dividirnos en dos grupos. Aquellos quienes prefieren libros rápidos y finitos y aquellos quienes disfrutamos con tochos, cuantas más páginas mejor. Por la misma regla existe una línea divisora entre quienes se han visto todos los estrenos de cartelera y quienes indagan en los spoiler de las series del momento. En medio están quienes de vez en cuando cogen un libro y quienes de vez en cuando van al cine o se enganchan a una serie. Yo no soy muy cinéfilo y prefiero muchas veces volver a ver una película que me gustó a probar suerte con una nueva que tal vez no me guste... yo soy más de libros tochos y de historias que se resuelven en 120 capítulos en vez de en 120 minutos. Os cuento esto porque no podía pasar por alto, y menos en este blog, el final de la quinta temporada de 'lost' que da pie a la sexta y última temporada de una serie nacida en 2004 y que rápidamente ha entrado a formar parte de la cultura popular sobretodo en unas determinadas generaciones. No soy tampoco muy serieadicto, solo sigo dos, y es que hay series buenas y entretenidas, pero hay pocas series que recuerdes pasados los años, y de 'lost' recuerdo perfectamente cómo descubrí el primer capítulo en el Colegio Mayor teniendo 20 años, como busqué el segundo, como aprovechábamos la semana de jueves a jueves para desentrañar los misterios y comparar teorías, como fui aprendiendo inglés desde el momento en el que decidí ir al ritmo americano y no al ritmo TVE, como los términos Season Premiere y Season Finale se colaban con naturalidad en las conversaciones y como Rousseau y Locke dejaron de ser nombres de filósofos. Por delante ya solo quedan 16 capítulos de una serie que nos habrá acompañado durante seis años y que nos promete ahora el segundo giro tras la aparación de los flashforwards... La ABC ya ha emitido la primera promo...

Por lo demás estos días han sido bastante tranquilos en Bruselas. Desde el jueves he librado y he dedicado ese tiempo básicamente a despedidas... Y es que aquí la gente ya empieza a hacer las maletas y en esta semana tres se han marchado. Esto de tener el calendario descompensado con el resto de la gente se hace raro, y es que por estas fechas cada año yo también tenía que empezar a pensar en el avión. Este año sin embargo solo pienso en dónde meter todas las cosas que, por no poder llevar consigo, voy a heredar de la gente de la residencia. Un carrito de abuela para hacer la compra, una tostadora, un tenderete, cubiertos, cacharros de cocina y hasta un horno forman parte de un lote en el que también se incluyen tupperwares, sal y gomina. Y es que acumular todo aquello que sin ser fundamental puede hacerte la vida más sencilla es un privilegio que solo tienen quienes no saben cuándo van a tener que hacer las maletas. La austeridad es una cualidad que se gana con los años y por la fuerza. Quienes estaban conmigo el año pasado en Madrid recordarán lo vacía que estaba mi habitación, sin nada de decoración y con lo básico. Pues este año mi habitación en Bruselas es más espartana aún si cabe, solo un mapa de la Unión Europea pegado en la pared denota que este sitio 'es mío'. Aún así en un par de semanas esto será una mezcla entre el rastro de Madrid y un claro caso de Síndrome de Diógenes cuando el particular éxodo de estudiantes concluya.

Unos se van y espero que otros vengan... Me dicen me comentan que Cin pretende pasarse por aquí y, aunque aún me han confirmado fechas, cuento con Sara e Isa, al fin y al cabo deberíamos juntarnos para hablar de esa visita que tendremos que hacer a Fran en Canadá, ¿o no?.