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Así está el cielo ahora mismo en Bruselas a las 21.15, justo a la hora en la que anochece hoy. El jueves que viene sin embargo se hará de noche 11 minutos más tarde y amanecerá también 11 minutos antes, es decir, a las 5:53. Os cuento esto porque en Palma de Mallorca hoy ha anochecido 26 minutos antes que en Bruselas y en Madrid dos minutos después. 

Aquí por lo tanto amanece antes que en Palma y anochece después, pero sin embargo la paleta de colores es pastel y no deslumbrante como los atardeceres naranjas y amarillos de El Arenal. A veces me he sorprendido con una puesta en la que el sol, bajito, se veía perfectamente redondo y naranja, como si fuera una pelota gigante, pero rodeado de un cielo azul distinto a los azules de España. 

Bueno, esto es una curiosidad más para anotar. Por lo que respecta al trabajo, esta semana está siendo muy floja. Hoy  a las cuatro y cuarto ya estaba de camino a la residencia porque no hay casi nada que hacer en la oficina una vez culminó el evento que estábamos preparando. 'Esto es así siempre en Bruselas, no solo aquí en la oficina, sino en cualquier trabajo. Son ciclos de estres alternados con periodos en los que no hay nada que hacer' me ha aclarado mi jefe. Aquí todo va por impulsos, acelerones y paradas en seco. Esta semana, de hecho, hemos estado más pendientes de actualizar mi currículum y preparar mis siguientes pasos en Bruselas que de otra cosa. 

Después de dos días con amenaza de lluvia, hoy el sol ha salido en Bruselas entre algunos trozos de nubes y todos aquellos empleados en el Parlamento han llenado las terrazas aprovechando los rayos de sol y  aprovechando también que esta semana los eurodiputados estaban reunidos en Estrasburgo. Con los jefes en Francia, la Plaza de Luxemburgo estaba hoy llena de gente disfrutando de esa parte del ciclo de Bruselas en la que no hay nada que hacer.