jueves, 18 de noviembre de 2010

We are the champions


No sé cómo será ganar unas elecciones o la Copa del Mundo, pero seguro que no es tan bueno como esto... La semana empezó torcida. El lunes entrábamos en la oficina con el peso las noticias que precedieron al fín de semana. Dos proyectos perdidos. Siendo el nuestro un equipo muy nuevo y llevando en Bruselas poco tiempo pero el suficiente como para costar a la empresa un dineral, se necesitaba con urgencia una victoria para justificarnos. Las miras de toda la compañía, aquí en Bruselas y allí en Alemania, estaban puestas en este equipo naranja y los enormes concursos a los que optaba. En base a esas futuras victorias la compañía había invertido dinero, contratado personal, adquirido inmuebles... de momento sobre el aire porque todo ello solo tendría sentido si nos convertíamos en la locomotora que en teoría teníamos que ser.




La semana anterior terminó pues, mal. Del mayor proyecto al que óptabamos, un contrato millonario dividido en distintas piezas, supimos que habíamos perdido aquella en la que teníamos más opciones. Quedaba otra a la que optábamos y cuyo desenlace se publicaría tras el fin de semana, pero dado que nuestras posibilidades eran menores que en aquella pieza que habíamos perdido, no esperábamos nada bueno para la nueva semana. Además, junto a esa derrota, a las pocas horas, llegó otra sobre un contrato menor... Después de tantas horas de trabajo es frustante perder cuando además las consecuencias la paga toda una compañía.

Agobiado durante esta semana porque me tocaba a mí preparar un proyecto para Haití estando mi compañera en España y con los ánimos en la oficina por los suelos, sonó el teléfono el martes después de comer. Habíamos ganado la segunda pieza del super contrato. De entre todas las ofertas nos habían elegido a nosotros. Sofía rearfimaba su posición y un liderazgo amable ejercido de forma natural y eficaz, Mery se confirmaba como crack de la eficiencia y la eficacia y yo, bueno, justificaba mi pertenencia al equipo y la confianza en mí depositada. Si bien la parte intelectual, la sensible, la oferta en sí misma fue desarrollada por ellas incluyendo la selección y 'seducción' de los mejores expertos y la elaboración de una propuesta creíble con un presupuesto aceptable, es decir, la parte que te da puntos, yo me encargué, nada más aterrizar en Bruselas y sin a penas conocer de qué iba la historia, de la parte administrativa. No es una labor que exija esfuerzo intelectual, imaginación o que implique poner algo de tu cosecha es, básicamente, asegurarte de que los documentos que la Comisión Europea pide están y están bien. Es la parte que no te da puntos de estar bien, pero te los quita de estar mal hasta llegar a eliminarte de la competición. Por ello aunque sea en un porcentaje pequeño me siento un poco el padre de una criatura que tiene dos madres listísimas. Es además el primer proyecto que gana el equipo aunque Sofía llegara antes que Mery y Mery llegara antes que yo... es el verdadero bautismo, confirmación y fundación del equipo naranja, el equipo que ahora, como dijo Mery, parte la pana en la compañía. XD


Y no me queda más que desearos un buen fín de semana porque sí, el mío empieza hoy. El viernes tengo el honor de recibir en mi casa a la tercera hornada de visitantes en cuatro meses y me cojo el día libre para estar con esas Ratochas tan majas que tan bien me han tratado cuando era casi un vagabundo en Madrid... y que no les falte de ná. Prometo fotos, pero no prometo ponerlas todas ni contarlo todo... Lo dicho, buen finde a todos. ;P

2 comentarios:

Paquito dijo...

¡Enhorabuena! :-))

Ahora, a seguir demostrando quién manda :-))

Un abrazote,

Paquito.

Germán Van der Walle dijo...

Gracias Paquito¡¡
Espero que todo te vaya genial,
Un abrazo¡¡

g