miércoles, 5 de enero de 2011

Hay huellas en Bruselas

Resulta que en la calle hay huellas de camello. También en Bruselas, ¡quién nos lo iba a decir!. La gente hacía fotos y los telediarios conectaban en directo a la vez en toda Bélgica. Hacía un año que no se avistaban huellas de camello en esta parte del hemisferio. Los científicos han determinado que se trata de tres ejemplares distintos que, con toda probabilidad, iban cargados de peso. Hoy los belgas podían por fín respirar tranquilos con el telediario de la noche. Los Reyes habían vuelto...

A estas horas cientos de miles niños hacen un esfuerzo titánico por dormir rapido porque cuanto antes despierten antes encontrarán los regalos y las cartas que con amor les han escritos sus reyes. Aprietan los ojos con fuerza pero la emoción les hace dar vueltas sabiendo que ni aunque les regalasen todo el oro del mundo se levantarían de la cama. Yo ya escribí mi carta y me iré a dormir pronto para que les de tiempo a leerla. Va dirigida a Melchor que siempre fue mi preferido, pero les guardo turrón y lacasitos para los tres, que para eso son un equipo. Ya no les pido juguetes porque sé que el barco pirata no navega como en la tele y el coche eléctrico no tiene mucha autonomía... pero también sé algunas cosas más, y de todo lo que he aprendido desde que escribí la última carta solo pido una cosa: trabajo.


Pido trabajo para que salgan a flote los jóvenes cuyos padres renunciaron a la vida que se habían ganado.


Pido trabajo para los emprendedores que levantaron el país sin pisar una universidad antes incluso de que llegaran sus hijos enfermos de titulitis.


Pido trabajo para aquellos quienes malviviendo con una beca se levantan cada mañana para encontrar la cura del SIDA, del Cáncer o la malaria.


Pido trabajo para quienes dan trabajo. Y que les dejen trabajar en paz.


Pido trabajo para quienes nos gobiernan. Por qué no. Para que les cueste mucho trabajo volver a chafarnos. Pero por encima de todo pido trabajo para esos Reyes Magos que con la espalda doblada y más penas que glorias hacen posible que por una noche sus niños sean incapaces de dormir atrapados por una ilusión, una esperanza de la que carecen quienes vienen dejando huellas también aquí en Bruselas cuyos dramas nunca conocerán quienes ahoran dan vueltas en la cama haciéndose los dormidos mientras creen escuchar pisadas de camello en el salón.

4 comentarios:

Paquito dijo...

10 sobre 10 en este artículo: ¡Enhorabuena! :-))

Un abrazo enorme,

Paquito.

Sara dijo...

Nene, te has lucido, me encanta lo que has escrito...aunque no me lleves a las Bruselas...jajajaja

Germán Van der Walle dijo...

Gracias Paquito espero que te hayan traido muchas cosas! O pocas pero grandes ;)

Omá, vete preparando para venirte en primavera, no? un finde?

Anónimo dijo...

Leer el mundo blog, bastante bueno