Tampoco nos hemos ido muy lejos... unos cuantos número abajo, pero hasta los muebles viejos parecen nuevos en esta oficina... y hasta los compañeros parecen distintos. Mucho más profesional, seria y cómoda. Dejamos el viejo apartamento y nos vamos a una oficina de verdad, bueno a dos, porque ahora ocupamos las plantas tres y cuatro. En una los de siempre, en la otra los que vienen para un proyecto y se marchan cuando termina. Un nuevo impulso para tomarse las cosas como si empezaran de cero... o casi.
Aquí la oficina vieja...
... y aquí la nueva
1 comentario:
Es preciosa! debe de entrar muchísima luz, me encanta .
Publicar un comentario